sábado, 20 de diciembre de 2014

Asamblea de herramientas



Cuentan que las herramientas un buen día, se reunieron con la finalidad de arreglar sus diferencias.

El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacia demasiado ruido!, y además se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que el cepillo fuera expulsado también, debido a que siempre hacia su trabajo en la superficie, y no tenía profundidad alguna.

El cepillo aceptó a su vez, pero pidió la expulsión del tomillo. Adujo que había que darle muchas vueltas para que sirviera para algo.

Ante el ataque el tornillo aceptó también. Pero a su vez pidió la expulsión del papel de lija. Hizo ver que era muy áspero en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y el papel de lija aceptó, con la condición de que fuera expulsado el metro, que siempre se pasaba midiendo a los demás, con su medida como si este fuera perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal y comenzó su trabajo. Utilizó el martillo, el cepillo, el papel de lija, el metro y el tornillo. Finalmente de la madera trabajada, salió un lindo mueble.

Cuando las herramientas quedaron solas, se reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo:

Señores, ha quedado demostrado que tenemos muchos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos e importantes. Así que no pensemos en nuestras debilidades sino concentrémonos en nuestras fortalezas y aspectos positivos.

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, contundente y el cepillo suave y eficaz. Se dieron cuenta de que el tornillo tenia la habilidad de unir y dar fuerza, y el papel de lija era especial para afinar y limar asperezas.

También observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo orgulloso capaz de servir y producir diversos artículos y muebles de calidad.

¿Ocurre lo mismo con nosotros los seres humanos? Observe a su alrededor y lo comprobará. Cuando en un hogar, empresa, institución u organización sus miembros gastan su tiempo y esfuerzo en buscar los defectos de los demás, la situación se vuelve tensa, negativa y rumbo al caos y la posible desaparición.

En cambio cuando los propósitos son enfocados positivamente buscando propiciar los mejores valores individuales y de grupo, estamos ante las puertas de los mejores y más satisfactorios logros humanos.

viernes, 8 de octubre de 2010

Nuestros padres


El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Sus manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacía el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación.

"Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente" Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo.

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba a la hora de comer.

Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran frías llamadas de atención, cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida. El niño de cuatro años observaba todo en silencio.

Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, podáis utilizarlos y comer en ellos". El niño sonrió y prosiguió con su tarea.

Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer. Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia.

Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Ni el esposo ni la esposa, se molestaron más cuando el tenedor caía al suelo, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

jueves, 19 de agosto de 2010

Relatos sobre Sócrates



Cuentan que alguien le dijo al gran filósofo Sócrates de la antigua Grecia lo siguiente.

- Maestro, escuche lo que tengo que contarle...
- ¡ Espera un momento! le ripostó Sócrates; y le preguntó: ¿Hiciste pasar lo que me quieres decir por los tres coladores?

- ¿ Tres coladores?, respondió el recién llegado.

- ¡Si!, tres coladores! Vamos a ver si lo que me quieres contar pasa por los tres coladores.

El primer colador es: LA VERDAD. 
¿Comprobaste si todo lo que me quieres contar es verdad?

- ¡No lo comprobé! , pero la gente lo dice y...
-¡Ajá! Pero pienso que lo habrás comprobado con el segundo colador que es: la bondad, pués lo que me quieres contar, ya que no está comprobado con LA VERDAD, por lo menos, ¿es BUENO?

- ¿Bueno?. ¡No!, eso no, al contrario...
- Entonces, ya que lo que me quieres contar no sabes si es VERDAD y además no es BUENO, dime: ¿es absolutamente NECESARIO que me cuentes eso que te pone tan alterado?

- ¡ No!, no es justamente necesario.
- Entonces: si lo que me quieres contar no cumple las tres condiciones de ser VERDAD, ser BUENO y de ser NECESARIO, ¡entiérralo y no lo conviertas en un peso ni para tí ni para mí!

miércoles, 18 de agosto de 2010

Formas de unión y fuerza



Cuando se ven los gansos emigrar para mitigar el invierno, se advierte que vuelan formando una forma de V.

Algunos nos preguntamos ¿por qué esa conformación tan perfecta e impecable?. Pues bien, al batir sus alas cada pájaro produce un movimiento aerodinámico que ayuda y posibilita que el que va detrás potencie sus energías y se debilite menos.

Cuando vuelan en forma de V, la bandada de gansos incrementan un 71% su capacidad en comparación con un pájaro que vuela sólo.

Así, las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rapidamente, porque ayudándonos entre nosotros los logros son mayores.

Cada vez que un ganso sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo sólo y de inmediato vuelve a la formación para beneficiarse del compañero que va delante.

Si nos unimos y nos mantenemos juntos con aquellos que van en nuestra misma dirección, el esfuerzo será menor, será más sencillo y más fácil de alcanzar las metas.

Cuando el puntero que es guía y líder de los gansos se cansa momentaneamente porque es el que más esfuerzo hace, lo sustituye uno de los que van atrás tomando su lugar y así sucesivamente durante todo el vuelo.

Así los hombres obtenemos mejores resultados si nos apoyamos en los momentos duros, si nos respetamos compartiendo los problemas y los trabajos más difíciles.

Los gansos que vuelan atrás graznan para alentar a los que van adelante para que mantengan la velocidad y la formación. Una llamada de aliento a tiempo, ayuda, da fuerza, motiva, produce el mejor de los beneficios.

Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo u otro incidente, otros gansos rapidamente salen de su formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo.

Si nos mantenemos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos, si hacemos realidad el espíritu de equipo, si pese a las diferencias podemos conformar un grupo humano para afrontar todo tipo de situaciones, si entendemos el verdadero valor de la AMISTAD, si somos conscientes del sentimiento de COMPARTIR, la vida será más simple y el vuelo de los años más placenteros.

martes, 17 de agosto de 2010

Las Grietas



Cuentan que un cargador de agua de la India tenía dos grandes tinajas de barro que colgaban a los extremos de un palo y lo llevaba diariamente encima de sus hombros.

Una de las tinajas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba todo el agua. Al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, cuando llegaba, la tinaja con grietas sólo contenía la mitad del agua.

Durante varios años eso ocurrió así diariamente. Desde luego la tinaja perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pués se sabía magistral para los fines que fue creada.

Sin embargo, la tinaja agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía era su obligación.

La tinaja quebrada, luego de dos años de trabajo habla con el aguador y le dice: Estoy avergonzada y me quiero disculpar con usted porque debido a mis grietas sólo puedo entregar la mitad de mi capacidad y por tanto sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador compasivamente le dijo a la tinaja: Cuando regresemos a la casa quiero que veas las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchas flores hermosas a lo largo del camino, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de ella la mitad del agua que debía llevar.

El aguador concluyó entonces: ¿ Te diste cuenta que las flores sólo crecen en el lado de tu camino?. Siempre he conocido de tus grietas y he sacado lo positivo de ellas. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por la parte que tu vas y todos los días las has regado y por años yo he podido recoger esas bellas flores. Si tú no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Todos tenemos grietas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de lograr en la vida, bellos resultados.

viernes, 13 de agosto de 2010

Construir el puente.



No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro con hombro, compartiendo maquinarias e intercambiando semillas , cosechas y otros bienes en forma continuada.

Esta larga , beneficiosa y hermosa colaboración entre hermanos terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malententido y fue creciendo y profundizándose hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis y, al abrirla, se encontró con la presencia de un hombre con herramientas de carpintero. Estoy buscando trabajo por unos días, dijo el extraño, quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ayudarlo. ¡¡Sí !!, dijo el mayor de los hermanos, tengo un trabajo para usted...Mire al otro lado del arroyo, aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor.

Y le cuenta al extraño: la semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su buldózer y desvió el cauce del arroyo para crear una división entre nosotros.
Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿ Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero?. Quiero que construya una cerca, una cerca de tres metros de alto, no quiero verlo nunca más.

El carpintero entonces le dijo: Creo que comprendo la situación. Muéstreme dónde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le  pueda entregar un trabajo bien hecho y que lo dejará satisfecho.
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo por provisiones.

El carpintero trabajo duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Muy cerca del ocaso el granjero regresó justo cuando el carpintero había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos y su quijada cayó de asombro. ¡¡¡ No había ninguna cerca de tres metros !!! En su lugar había un puente. ¡¡ Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo: Eres una gran persona, mira que construir este hermoso puente después de lo que te he hecho y dicho de tí.

Estaban en su reconciliación los dos hermanos cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. ¡No!, espera buen hombre, le dijo el hermano mayor. Quédate con nosotros unos cuantos días pues tengo muchos proyectos para tí.

El carpintero les dijo: Muchas gracias, me gustaría quedarme, pero tengo aún muchos puentes por construir.  

miércoles, 11 de agosto de 2010

Aprender a triunfar



... Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Luego de un largo viaje hasta el paraje donde aquel Maestro vivía, el hombre pudo dar con él.

-"Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no sé que más hacer para salir adelante.

El sabio le dijo: - puedo ayudarte con esto... ¿ sabes remar?
Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el Maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el hombre comenzó a remar hasta el centro a pedido del Maestro.

-¿Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida? - dijo el hombre advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones.
- Sigue, sigue remando - dijo este, que debemos llegar al centro del mismo lago.

Al llegar al centro exacto del lago, el Maestro le dijo: - Arrima al agua tu cara lo más que puedas y dime que ves...

El hombre pasó casi todo su cuerpo por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio acercó su rostro al agua todo lo que pudo aunque sin entender mucho para qué estaba haciendo eso.

De repente, el anciano lo empujó y el hombre cayó al agua. Al intentar salir, aquel tomó su cabeza con ambas manos e impidió que el hombre llegara a la superficie.

Desesperado, el hombre manoteó, pataleó y trató de gritar inutilmente debajo del agua hasta casi a punto de asfixiarse y morir ahogado, el sabio lo soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote.

Al llegar arriba el hombre, entre toses y ahogos le gritó al Maestro: "¿Usted está loco?...¿¿No se da cuenta que casi me ahogo??
Con el rostro plácido, el Maestro le preguntó:

- Cuando estabas debajo del agua sin aliento ¿en qué pensabas? ¿qué era lo que más deseabas ese ese momento?.
-¡¡ En respirar, por supuesto!!
- Bien, cuando pienses en triunfar, con las mismas ganas con la que pensabas en respirar, en ese momento y no antes, ESTARÁS ENTONCES PREPARADO PARA TRIUNFAR.