jueves, 19 de agosto de 2010

Relatos sobre Sócrates



Cuentan que alguien le dijo al gran filósofo Sócrates de la antigua Grecia lo siguiente.

- Maestro, escuche lo que tengo que contarle...
- ¡ Espera un momento! le ripostó Sócrates; y le preguntó: ¿Hiciste pasar lo que me quieres decir por los tres coladores?

- ¿ Tres coladores?, respondió el recién llegado.

- ¡Si!, tres coladores! Vamos a ver si lo que me quieres contar pasa por los tres coladores.

El primer colador es: LA VERDAD. 
¿Comprobaste si todo lo que me quieres contar es verdad?

- ¡No lo comprobé! , pero la gente lo dice y...
-¡Ajá! Pero pienso que lo habrás comprobado con el segundo colador que es: la bondad, pués lo que me quieres contar, ya que no está comprobado con LA VERDAD, por lo menos, ¿es BUENO?

- ¿Bueno?. ¡No!, eso no, al contrario...
- Entonces, ya que lo que me quieres contar no sabes si es VERDAD y además no es BUENO, dime: ¿es absolutamente NECESARIO que me cuentes eso que te pone tan alterado?

- ¡ No!, no es justamente necesario.
- Entonces: si lo que me quieres contar no cumple las tres condiciones de ser VERDAD, ser BUENO y de ser NECESARIO, ¡entiérralo y no lo conviertas en un peso ni para tí ni para mí!

miércoles, 18 de agosto de 2010

Formas de unión y fuerza



Cuando se ven los gansos emigrar para mitigar el invierno, se advierte que vuelan formando una forma de V.

Algunos nos preguntamos ¿por qué esa conformación tan perfecta e impecable?. Pues bien, al batir sus alas cada pájaro produce un movimiento aerodinámico que ayuda y posibilita que el que va detrás potencie sus energías y se debilite menos.

Cuando vuelan en forma de V, la bandada de gansos incrementan un 71% su capacidad en comparación con un pájaro que vuela sólo.

Así, las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar a cumplir sus objetivos más fácil y rapidamente, porque ayudándonos entre nosotros los logros son mayores.

Cada vez que un ganso sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo sólo y de inmediato vuelve a la formación para beneficiarse del compañero que va delante.

Si nos unimos y nos mantenemos juntos con aquellos que van en nuestra misma dirección, el esfuerzo será menor, será más sencillo y más fácil de alcanzar las metas.

Cuando el puntero que es guía y líder de los gansos se cansa momentaneamente porque es el que más esfuerzo hace, lo sustituye uno de los que van atrás tomando su lugar y así sucesivamente durante todo el vuelo.

Así los hombres obtenemos mejores resultados si nos apoyamos en los momentos duros, si nos respetamos compartiendo los problemas y los trabajos más difíciles.

Los gansos que vuelan atrás graznan para alentar a los que van adelante para que mantengan la velocidad y la formación. Una llamada de aliento a tiempo, ayuda, da fuerza, motiva, produce el mejor de los beneficios.

Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo u otro incidente, otros gansos rapidamente salen de su formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo.

Si nos mantenemos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos, si hacemos realidad el espíritu de equipo, si pese a las diferencias podemos conformar un grupo humano para afrontar todo tipo de situaciones, si entendemos el verdadero valor de la AMISTAD, si somos conscientes del sentimiento de COMPARTIR, la vida será más simple y el vuelo de los años más placenteros.

martes, 17 de agosto de 2010

Las Grietas



Cuentan que un cargador de agua de la India tenía dos grandes tinajas de barro que colgaban a los extremos de un palo y lo llevaba diariamente encima de sus hombros.

Una de las tinajas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba todo el agua. Al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, cuando llegaba, la tinaja con grietas sólo contenía la mitad del agua.

Durante varios años eso ocurrió así diariamente. Desde luego la tinaja perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pués se sabía magistral para los fines que fue creada.

Sin embargo, la tinaja agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía era su obligación.

La tinaja quebrada, luego de dos años de trabajo habla con el aguador y le dice: Estoy avergonzada y me quiero disculpar con usted porque debido a mis grietas sólo puedo entregar la mitad de mi capacidad y por tanto sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador compasivamente le dijo a la tinaja: Cuando regresemos a la casa quiero que veas las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchas flores hermosas a lo largo del camino, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de ella la mitad del agua que debía llevar.

El aguador concluyó entonces: ¿ Te diste cuenta que las flores sólo crecen en el lado de tu camino?. Siempre he conocido de tus grietas y he sacado lo positivo de ellas. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por la parte que tu vas y todos los días las has regado y por años yo he podido recoger esas bellas flores. Si tú no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Todos tenemos grietas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de lograr en la vida, bellos resultados.

viernes, 13 de agosto de 2010

Construir el puente.



No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro con hombro, compartiendo maquinarias e intercambiando semillas , cosechas y otros bienes en forma continuada.

Esta larga , beneficiosa y hermosa colaboración entre hermanos terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malententido y fue creciendo y profundizándose hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis y, al abrirla, se encontró con la presencia de un hombre con herramientas de carpintero. Estoy buscando trabajo por unos días, dijo el extraño, quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ayudarlo. ¡¡Sí !!, dijo el mayor de los hermanos, tengo un trabajo para usted...Mire al otro lado del arroyo, aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor.

Y le cuenta al extraño: la semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su buldózer y desvió el cauce del arroyo para crear una división entre nosotros.
Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿ Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero?. Quiero que construya una cerca, una cerca de tres metros de alto, no quiero verlo nunca más.

El carpintero entonces le dijo: Creo que comprendo la situación. Muéstreme dónde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le  pueda entregar un trabajo bien hecho y que lo dejará satisfecho.
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo por provisiones.

El carpintero trabajo duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Muy cerca del ocaso el granjero regresó justo cuando el carpintero había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos y su quijada cayó de asombro. ¡¡¡ No había ninguna cerca de tres metros !!! En su lugar había un puente. ¡¡ Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo: Eres una gran persona, mira que construir este hermoso puente después de lo que te he hecho y dicho de tí.

Estaban en su reconciliación los dos hermanos cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. ¡No!, espera buen hombre, le dijo el hermano mayor. Quédate con nosotros unos cuantos días pues tengo muchos proyectos para tí.

El carpintero les dijo: Muchas gracias, me gustaría quedarme, pero tengo aún muchos puentes por construir.  

miércoles, 11 de agosto de 2010

Aprender a triunfar



... Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Luego de un largo viaje hasta el paraje donde aquel Maestro vivía, el hombre pudo dar con él.

-"Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no sé que más hacer para salir adelante.

El sabio le dijo: - puedo ayudarte con esto... ¿ sabes remar?
Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el Maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el hombre comenzó a remar hasta el centro a pedido del Maestro.

-¿Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida? - dijo el hombre advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones.
- Sigue, sigue remando - dijo este, que debemos llegar al centro del mismo lago.

Al llegar al centro exacto del lago, el Maestro le dijo: - Arrima al agua tu cara lo más que puedas y dime que ves...

El hombre pasó casi todo su cuerpo por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio acercó su rostro al agua todo lo que pudo aunque sin entender mucho para qué estaba haciendo eso.

De repente, el anciano lo empujó y el hombre cayó al agua. Al intentar salir, aquel tomó su cabeza con ambas manos e impidió que el hombre llegara a la superficie.

Desesperado, el hombre manoteó, pataleó y trató de gritar inutilmente debajo del agua hasta casi a punto de asfixiarse y morir ahogado, el sabio lo soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote.

Al llegar arriba el hombre, entre toses y ahogos le gritó al Maestro: "¿Usted está loco?...¿¿No se da cuenta que casi me ahogo??
Con el rostro plácido, el Maestro le preguntó:

- Cuando estabas debajo del agua sin aliento ¿en qué pensabas? ¿qué era lo que más deseabas ese ese momento?.
-¡¡ En respirar, por supuesto!!
- Bien, cuando pienses en triunfar, con las mismas ganas con la que pensabas en respirar, en ese momento y no antes, ESTARÁS ENTONCES PREPARADO PARA TRIUNFAR. 
    

martes, 10 de agosto de 2010

La Felicidad y los Duendes



Un día cualquiera, varios duendes decidieron hacer una travesura.
Uno de ellos dijo: Vamos a quitarle algo a los hombres, ¿pero que le quitamos?, preguntó otro.

Después de mucho pensar uno de ellos dijo: ¡Ya sé!, vamos a quitarles La Felicidad, pero el problema va a ser dónde la escondemos para que no la encuentren.

Propuso el primero. Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo, a lo que inmediatamente repuso otro: ¡No!, recuerden que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si uno la encuentra, ya todos sabrán dónde está.

Luego propuso otro: Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar. y otro contestó: ¡No!, ellos tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán.

Uno más dijo: pues escondámosla en un planeta bien lejano de la tierra, y no más dijo otro: ¡No!, tengan en cuenta que tienen inteligencia, y algún día alguien va a construir una nave espacial en la que puedan viajar y la podrán descubrir, entonces todos tendrán la felicidad.

El último de ellos era un duende que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes. Analizó cada una de ellas y dijo: Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren. Todos se voltearon asombrados y preguntaron al unísono: ¿Dónde?

El duende silencioso respondió: ¡La esconderemos dentro de ellos mismos!; estarán tan ocupados buscándola afuera que jamás podrán encontrarla. Todos estuvieron de acuerdo con la propuesta y desde entonces ha sido así:

El hombre se pasa la vida buscando la felicidad afuera, sin saber que la trae consigo mismo.

lunes, 9 de agosto de 2010

¿El idiota?



Se cuenta que en una ciudad del interior de un país, un grupo de personas se divertían con un "idiota" de la aldea. Un pobre infeliz, de aparente poca inteligencia, que vivía de pequeños trabajos y ciertas limosnas.

Un grupo de aldeanos llamaban al "idiota" al bar donde se reunían y le ofrecían a escoger entre dos monedas: una grande por valor de 400 reales y otra menor por valor de 2000 reales.

El "idiota" siempre escogía la moneda de mayor tamaño y de menos valor, lo que era motivo de risas que se sucedían diariamente.

Cierto día, uno de los aldeanos lo llamó y le preguntó si todavía no se había dado cuenta que la moneda de mayor tamaño tenía menor valor, bastante menos que la otra.

"¡Lo sé!, le respondió el "idiota"; no soy tan tonto como aparento. La moneda más grande vale cinco veces menos que la pequeña, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no ganaré nunca más mi moneda diaria.

domingo, 8 de agosto de 2010

La historia del Burro



Un día, el burro de un labrador se cayó en un pozo. El animal gemía fuertemente durante horas para salir. El labrador trataba de buscar algo por hacer pero finalmente decidió: atendiendo a que el burro estaba viejo y el pozo estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas, no valía la pena sacar al burro del pozo.

Invitó a varios vecinos para que lo ayudaran a tapar el pozo. Cada uno agarró una pala y comenzaron a echarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró profundamente; sin embargo,  y para admiración de todos, el burro se mantuvo quieto después de unas cuantas paladas de tierra.

El labrador finalmente miró al fondo del pozo y para su sorpresa vio que .... el burro con cada palada de tierra que tiraban, se sacudía y daba un paso sobre la tierra.

Todos los presentes se sintieron sorprendidos de como el burro llegó hasta la boca del pozo y salió trotando.

Moraleja
La vida va a echarte tierra, todo tipo de tierra... pero el detalle es saber sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba.

sábado, 7 de agosto de 2010

La Honestidad



Hubo una vez un rey que convocó a todos los hombres solteros del reino para buscarle pareja a su hija.

Todos los jóvenes asistieron al llamado del rey y este les dijo: Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros y al término de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y el que presente la planta más bella ganará la mano de mi hija y por tanto la herencia del trono.

Así se hizo, pero había un joven llamado Owen que plantó su semilla pero no germinaba. Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.

Pasaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosas y bellas plantas.

El joven Owen estaba demasiado triste pues su semilla nunca germinó, ni siquiera quería ir al palacio, pero sus padres insistieron en que debía ir pues era un participante y estar allí como lo había dicho el rey. Con la cabeza baja y avergonzado, desfiló el ultimo hacia palacio con su maceta vacía.

Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo lo colmaron de risas y burlas.

En ese momento el alboroto fue interrumpido por la entrada del rey; todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre las macetas admirando las plantas. Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre todos al joven Owen que llevaba su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción del rey.

El rey dijo entonces: Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija! y continuó: " a todos se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras semillas, pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece.

Moraleja
La honestidad será por siempre una virtud

viernes, 6 de agosto de 2010

El Juicio



Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.

En realidad el verdadero autor del hecho era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento de ejecutado el hecho, se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al verdadero culpable.

Al hombre lo llevaron a un juicio público ya conociendo de antemano que tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto: ¡¡ la horca !!

El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo y por ello dijo al acusado; conociendo su fama de hombre virtuoso, justo y devoto de Dios: vamos a dejar en las manos del Señor, tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras "culpable" e "inocente". Tu escogerás uno de los papeles y será la mano del Señor la que decida.

Por supuesto, el Juez, de mala catadura preparó los dos papeles con el mismo escrito: " culpable" y la pobre víctima sin conocer los detalles, se dio cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No tenía escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los dos papeles doblados. Este respiró profundamente y quedó en absoluto silencio con los ojos cerrados durante unos cuantos segundos; y cuando la sala comenzó ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles e inmediatamente se lo llevó a la boca y lo engulló rapidamente.

Sorprendidos e indignados todos los presentes por este proceder del hombre le reprocharon airadamente:
Pero ¿ qué hizo... ? Y ¿ahora... ? ¿Cómo vamos a conocer el veredicto... ?

Es muy sencillo, respondió el hombre... Es cuestión de leer el papel que le queda al Juez en sus manos, y sabremos que decía el que me tragué...

Con rezongos y malhumorado el Juez tuvo que leer el papel y debió liberar al acusado y nunca más ser molestado.

MORALEJA
Por más difícil que se nos presente una situación, nunca deJes de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, APLICA LA IMAGINACIÓN! En los momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento.

jueves, 5 de agosto de 2010

Como arreglar el mundo



Un Científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba dispuesto a buscar y encontrar las vías y medios para arreglarlo. Pasaba los días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas y soluciones.

Cierto día, su hijo de siete años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico nervioso por la interrupción, intentó que el niño fuera a jugar a otro lugar. Se percató que sería imposible sacarlo de allí, entonces procuró darle al hijo algo para distraer su atención.

De repente tomó un Planisferio de una revista y con una tijera lo cortó en pedazos y junto con un rollo de cinta adhesiva se lo entregó al hijo diciéndole:¿ a tí te gustan los rompecabezas?, pues ahí tienes uno, "te voy a dar el mundo para que lo arregles". Aquí está el mundo todo roto, mira a ver si puedes arreglarlo. ¡Bien!, Hazlo tu sólo.

El científico calculó que a su hijo le llevaría días y semanas en recomponer el mapa. Sin embargo algunas horas después, oyó la voz del hijo que calmadamente le llamaba: padre, padre, ya todo lo arreglé. ¡Conseguí terminarlo todo!.

Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo. Era imposible que a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa del mundo que jamás había visto. Entonces, el científico levantó los ojos de sus anotaciones, seguro que vería un trabajo digno de un niño; y para su sorpresa, observó que el mapa estaba completamente arreglado y todos los pedazos habían sido colocados en su sitio.

¿Cómo había sido posible? ¿Cómo el niño fue capaz? Entonces el padre le dice: tu no sabías como era el mundo, hijo mío. ¿Cómo lo realizaste?

- Padre, yo no sabía como era el mundo, pero cuando tu quitaste el papel de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre. Cuando tu me diste el mundo para arreglarlo, yo intenté pero no lo conseguí. Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a los recortes y empecé a arreglar al hombre que yo imaginaba como sería y fue cuando conseguí arreglar al hombre, y di la vuelta a la hoja y encontré que había arreglado al mundo...

Moraleja
En la vida, todos somos alumnos y es una gran escuela que perfecciona al hombre.

miércoles, 4 de agosto de 2010

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Habana



Es gratificante leer un libro y más del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes cuando dice:

… ¡Dichosa edad y siglos, dichoso aquel a donde saldrán a la luz las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en bronce, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas para memoria en lo futuro!

Y, de pronto! Cuando estoy leyéndolo en el portal de casa, tranquilo y sosegado: escucho un pregonar que dice:

¡Se cambia cubo por plancha vieja!, se reparan colchones en su casa, y otro que vino de atrás: ¡Íntima, cloro y aromatizanteeeeee!. Y el otro más tarde: “Pastelitos de guayabas”, frescos. Y uno copiando a Vampiros en La Habana: “galleticas, Peters, bomboneeees”.

Bueno, me puse de pie, busqué unos pesitos, compré algunos bombones y cogí el libro que leía y lo ubiqué en el armario, en la última tabla de arriba donde siempre ha estado para leerlo después. Ahora estoy esperando a la familia para comernos los bombones.

¡Que satisfechos estuvimos después de comernos los bombones! y después: seguiremos conversando con Don Quijote.

martes, 3 de agosto de 2010

El niño y la laguna helada



Cuenta una leyenda que había unos niños patinando sobre una laguna congelada.

Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación; cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua. El otro niño, viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y comenzó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrar el hielo y así salvar a su amiguito.

Cuando llegaron los socorristas que eran bomberos, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo?, el hielo está muy grueso y duro, es imposible que el niño lo haya podido quebrar con esa piedra y con sus manos tan pequeñitas.

En ese instante apareció un anciano y dijo:
“¡Yo sé como lo hizo!”

“’¿Cómo lo hizo?, le preguntaron al anciano, y este con la sabiduría y paciencia para hablar les respondió:

“Es que no había nadie a su alrededor que le dijera que no lo podía hacer”.

lunes, 2 de agosto de 2010

El anillo



Un alumno llegó a su Profesor con un problema.

-Estoy aquí Profesor, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer algo.
Dicen que no sirvo para nada, que no se hacer nada bien, que soy tonto e idiota.
-¿Cómo puedo mejorar?
-¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El Profesor sin mirarlo, le dijo:

-Lo siento mucho joven, pero ahora no puedo ayudarte. Primero debo resolver mi propio problema, tal vez después…

Y haciendo una pausa le dijo:

Si tú me ayudas y puedo resolver mi problema rápidamente, quizá pueda ayudarte a resolver el tuyo.
-Claro, Profesor, murmuró el joven. Pero el joven se sintió nuevamente desvalorizado.

El Profesor se sacó un anillo de su dedo y se lo entregó y dijo:
Coge el caballo, ve al mercado y vende este anillo que tengo deudas. Es preciso que obtengas por él lo máximo posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa pronto con la moneda de oro.

El joven cogió el anillo y partió.

Cuando llegó al mercado comenzó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Algunos miraban la joya con cierto interés por la oferta y otros se reían por solicitarse una moneda de oro. Otros ni siquiera la miraban. Solamente un anciano fue amable y le explicó que una moneda de oro era mucho valor por un solo anillo.

Algunas personas tratando de ayudar al joven llegaron a proponerle una moneda de plata y una jícara de cobre; pero el joven seguía las instrucciones del Profesor de no aceptar menos de una moneda de oro.

Después de sentirse fracasado por no realizar la venta del anillo, se montó de nuevo en el caballo y regresó.

El joven deseaba tener una moneda de oro para comprar el mismo el anillo que libraría de preocupaciones a su Profesor y así recibir su ayuda y consejos.

Llegó a la casa y le dijo:

-Profesor, lo siento mucho pero me fue imposible realizar lo que me pidió. Tal vez pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que se pueda engañar a nadie sobre el valor de la joya.
- Importante lo que me dices, joven, le contestó el Profesor.
Luego le ripostó: lo primero que debemos saber es el verdadero valor del anillo.
-Regresa al mismo lugar donde fuiste y vas a ver al joyero; ¡quién mejor que él para saber su valor!. Pero, no importa cuanto te ofrezca, no la venda. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven fue a ver al joyero y este examinó el anillo con lupa, lo pesó y dijo:

-Dile a tu Profesor que, si lo quiere vender ahora no puedo darle más de 58 monedas de oro.
-58 monedas de oro!!, exclamó el joven.
-Sí, contestó el joyero, creo que en un breve tiempo podré ofertarle 70 monedas; pero si la venta es urgente…

El joven corrió raudo a la casa del Profesor para contarle lo ocurrido.

-Siéntate, le dijo el Profesor, y después de escuchar todo lo vivido por el joven, agregó:
-Tú eres como ese anillo, una joya valiosa y única que solamente puede ser valorada por un especialista. Quizás pensaste que cualquiera podría descubrir su verdadero valor.

Y diciendo estas palabras, el Profesor volvió a ponerse su anillo en el dedo.

Moraleja
Personas inexpertas y mercaderes no podrán nunca valorarnos.

domingo, 1 de agosto de 2010

El más poderoso


El Viento discutía con el Sol para ver quién era el más fuerte.

El Viento arrogante le dice al Sol: ¿Ves aquel anciano envuelto en una capa? Pues, te apuesto a que le haré quitar la capa de encima más rápido que tú.

Se ocultó el Sol detrás de una nube y el Viento comenzó a soplar, cada vez con más fuerza, hasta llegar a ser casi un ciclón, pero mientras más soplaba tanto más se envolvía el hombre en la capa. Y el viento cansado se declaró vencido de la acción.

Entonces, salió el Sol; sonrió y abrazó benignamente al anciano. No pasó mucho tiempo a que el anciano, acalorado por la tibieza del Sol, se quitó la capa.

El Sol le demostró al Viento que la suavidad y el amor de los abrazos son más poderosos que la furia y la fuerza.